miércoles, 19 de septiembre de 2012

TURISMO Y POSMODERNIDAD

Como parte de los estudios sobre la reflexividad en el turismo, presento el fenómeno llamado Turismo de la Nueva Era o POSMODERNO y al mismo tiempo trataré de demostrar cómo ese tipo de turismo nos da indicaciones y señales de desarrollos futuros en el sector turístico. El vacío existencial de la posmodernidad produce como respuesta movimientos occidentales espirituales, metafísicos o de auto-ayuda que surgen durante la segunda parte del siglo veinte. Los seguidores o practicantes de New Age, pueden hacer uso de una serie de tradiciones espirituales y religiosas teniendo como común denominador el énfasis en la interrelación y la unificación de la Mente, el Cuerpo y el Espíritu.

 Los seguidores de New Age tienen la tendencia de ver holísticamente el yo y por lo tanto se denomina también el movimiento del “Potencial Humano”. Cuando este auto-desarrollo y realización “personal” se aplica a una actividad de ocio, podemos denominarla Turismo de la Nueva Era; el cual es más un medio que un fin en sí mismo, ya que la esencia de este tipo de turismo radica en la exploración de una cultura alternativa como pasatiempo, por lo que es una manifestación de turismo de identidad, tanto como de sostenibilidad. Muchos de los movimientos culturales y alternativas religiosas nacidos a partir de la década de 1960 pueden enmarcarse dentro del concepto de la nueva era, como por ejemplo el movimiento “flower power”, el yoga, la meditación, el misticismo, etc. El denominador común de todos ellos puede ser hallado en la forma en que los practicantes del movimiento buscaban formas alternativas de vivir. Un ejemplo de un centro de New Age es la Cittá della Luce cerca del pueblo de Senigallia en Italia. Es decir, su objetivo es el auto-desarrollo, la liberación y la realización, y los medios utilizados para alcanzar estos objetivos son de naturaleza ecológica y socialmente responsables, con el propósito de facilitar la realización del potencial del individuo tanto como de la comunidad, o sea el deseo de transformar el yo y la sociedad que lo define.

El  POSMODERNISMO

Los profundos cambios acaecidos en la sociedad en la forma de experimentar el tiempo y el espacio como consecuencia de la globalización acelerada, nos han conducido a un nuevo cuestionamiento de nuestra identidad del yo interno y del lugar que la gente ocupa en el mundo. Esto nos remite a la tendencia de que los vínculos que unen a la gente a un cierto lugar y cultura van lentamente cediendo paso a sentirse relacionados a un tiempo o época determinado.

  El posmodernismo ha sido el más notorio dentro de las comunidades occidentales y ha conducido, entre otras tendencias, a aquella que llaman pluralismo cultural, que en esencia quiere decir que la gente ha comenzado a dejar de lado sus propios sentimientos de arraigo y pertenencia para abrazar, de una u otra manera, muchas otras expresiones culturales diferentes de las propias. La nacionalidad, la etnicidad, el género o la clase social, han dejado de ser las piedras angulares con las cuales las personas construyen su identidad. Como consecuencia ciertas actitudes egocéntricas del ser empezaron a prevalecer, siendo uno de ellas las conductas orientadas al consumo. Al perder su sentimiento de pertenencia, las personas tienden a la superficialidad, preponderando su imagen personal, ya que son rodeados principalmente por imágenes, quedando poco de la autenticidad objetiva.

  Se produce una pérdida de fe en la sociedad moderna, su tecnología y ciencia al ser juzgadas estas como responsables de la explotación y degradación de la naturaleza y del medio ambiente, que condujeron más al desencanto que la felicidad. A los miembros de estas sociedades se les debilitaron, no solo los ligámenes con su herencia cultural, sino también su contacto con la naturaleza y la autenticidad. Parecen vivir en un mundo dominado más por las imágenes y las representaciones que por los objetos verdaderos y los fenómenos reales. Las fronteras entre verdadero y falso, o entre lo real y lo ficticio, se hicieron borrosos, en tanto que el consumo y la satisfacción inmediata empezaron a dominar.

No hay mejor manera para demostrar una de las consecuencias más visibles de este comportamiento social, que referirnos a ciertos sitios en este mundo que no tienen ningún tipo de lazos históricos o culturales. También les llaman “non-sitios” y representan un fenómeno que comenzó a extenderse en el mundo entero a partir de los años 70. A menudo son vistos como faros de la globalización posmoderna y entre ellos tenemos los aeropuertos internacionales, los grandes centros comerciales o los hoteles de las cadenas internacionales. Estos sitios están diseñados y construidos de modo que alguien de cualquier cultura pueda hallar en ellos familiaridad y reconocimiento; sitios que están estrechamente ligados al consumo y la comercialización, pero sobre todo poseedores de un aire de lujo y confort; sitios en donde sus usuarios – turistas entre ellos – tendrán un bajo impacto sensorial y de los que obtendrán escasísimos recuerdos, a no ser quizá los encuentros con otros seres humanos – encuentros, que de cierta forma, también tienden a ser superficiales. Es dificil adivinar donde se encuentra este centro commercial. La foto se tomó en Honduras. Un aspecto muy interesante de esta clase de lugares es que existen en completo contraste con la realidad moderna previa: ya no hay más los lazos histórico culturales que nos atan a ciertos lugares, identidades, colores y olores típicos, costumbres, la correlación con la tierra, el significado de la luna y el sol, así como las creencias que de estos elementos se derivan. En un pasado no muy lejano, las estaciones del ferrocarril, por ejemplo, eran estructuras con un alto valor estético y arquitectónico, lo cual las convertía en lugares dignos de ser visitados. Por el contrario, las estaciones (post)modernas de hoy, son moles no-identificables de acero y cristal, las cuales carecen deliberadamente de cualquier tipo de identidad y autenticidad. Se puede mencionar muchos ejemplos más, como es el caso de la desaparición de las tienditas pequeñas o almacenes, que poco a poco son reemplazadas por grandes centros comerciales y “shopping malls”. Estos centros suelen ser casi iguales en cualquier parte del mundo, sea en Singapore, Buenos Aires o Moscú. Los platos de comida internacional nos muestran otra expresión del mismo fenómeno: la hamburguesa (EEUU), pizzas o espagueti (Italia), los perros calientes (las salchichas tienen su origen en Alemania), los “croissants” de Francia, tacos de México o Sushi de Japón. Hoy en día estos platos se encuentran en cualquier parte del mundo, aunque los sabores y olores originales son sacrificados para satisfacer el paladar globalizado.

El amplio uso de todo tipo de drogas y estimulantes es un fenómeno que surgió durante el mismo período y está estrechamente vinculado con el nivel en que la gente está perdiendo su sentido de la realidad. La problemática de la identidad se subraya con el incremento en el uso de tatuajes y “piercings”. El internet suministra al ser humano un entretenimiento sin fin, con redes sociales y juegos intercontinentales, en los cuales los jugadores de todo el mundo se enfrentan y donde al mismo tiempo lo real y lo ficticio parecen traslaparse. La mayoría de la gente con interés directo en el New Age acoge los diferentes aspectos del postmodernismo, sin embargo hay un tema de lo cual se aparta claramente: existe una fe bien definida en la naturaleza como realidad independiente (New Age), mientras en el postmodernismo es considerada simplemente como una representación. Los seguidores del New Age abrazan a la naturaleza, porque les da una base sobre lo cual se puede filosofar sobre el mundo, el yo y la vida. Para ellos la naturaleza significa una realidad independiente de cualquier representación, imagen o concepto, donde se puede encontrar un hogar. El Turismo y la Nueva Era La pérdida del sentido de identidad, la no-autenticidad que rodea a la gente, el pluralismo cultural y la compresión del tiempo y el espacio reduciendo el tiempo para pensar, nos han llevado a una serie de incertidumbres acerca el presente y el futuro. Al mismo tiempo ha generado una búsqueda de las raíces históricas, la autenticidad idealizada y las verdades eternas, muchas veces haciendo uso de las tradiciones espirituales del oriente. Efectivamente es esta nostalgia posmoderna que ha llevado a mucha gente al redescubrimiento de religiones antiguas como es el caso de los Vikingos o los Mayas mientras al mismo tiempo existe un interés creciente en los métodos naturales de curación (la acupuntura, medicina de hierbas o flores etc.), la agricultura orgánica y la autosuficiencia. Paralelamente la desilusión manifiesta hacia esta época moderna previa ha empujado a muchas personas hacia la búsqueda de estilos de vida distintos.

El turismo de la Nueva Era se base en la noción de experimentar la experiencia misma: la gente se inspira en sus emociones interiores y la realidad ya no es el elemento dominante al transformarse en imágenes. De la manera en que la gente siente las cosas, las imágenes que las representan con las ideas correspondientes, se forman nuevos grupos de experiencias. Este tipo de turismo trata a los turistas dentro de su propia identidad, o sea los turistas se exploran a sí mismos convirtiéndose en sus propias fuentes de atracción. El turismo en general posee las cualidades para contrarrestar las búsquedas turísticas de nuevas culturas y estilos de vida alternativos. Por lo general el turismo New Age comprende los elementos medio-ambientalistas, valores sociales, una interacción positiva entre huésped, anfitrión y la responsabilidad social. Por ende podemos considerar el turismo New Age como una mezcla de un turismo sostenible y de identidad y se distancia claramente del turismo de masas

. El turismo New Age muestra una tendencia clara hacia todo lo que es natural, incluyendo elementos como la ropa o instrumentos musicales hechos de materiales naturales y además la mayoría de los centros de New Age se ubican en el campo cerca de zonas naturales. En este sentido el turismo New Age tiene mucho que ver con la búsqueda de la naturaleza en el uso más amplio del término. La infraestructura en el turismo New Age Un centro New Age ofrece el hospedaje y las comidas, los cuales son sin lujos y sencillos. La comida se cultiva parcialmente en el centro mismo y las comidas pueden ser vegetarianas. Adicionalmente se ofrecen: • Destrezas tales como la cerámica, trabajo en madera, elaboración de candelas, tejido etc.; • Artes, tales como la actuación, la música o la pintura; • Agricultura con cursos y la oportunidad de trabajar en jardinería sinérgica o la permacultura; • Educación formal por medio de cursos presentados por “gurus” intelectuales; • Auto-desarrollo dirigido a lo personal y el mundo experiencial: cursos de meditación, relaciones personales, constelaciones familiares o del auto-conocimiento; • Enfoque alternativo de la salud y bienestar: homeopatía, acupuntura, hipnoterapia, masajes Shiatsa, Ayurveda, Yoga, Reiki etc.; • Un ambiente rural apto para sentir el vínculo con la tierra y la naturaleza. Se puede considerar como una forma de turismo por varias razones: las personas viajan por su propia voluntad a una región que es diferente a su ambiente habitual y donde permanecen por lo menos una noche (definición de lo que es el turismo); el destino presenta diferentes atracciones turísticas a los visitantes, tales como los cursos, hacer jardinería o cualquier otra actividad como se mencionó anteriormente; adicionalmente, los turistas llegan a base de una motivación y necesidad correspondiente, las cuales generan ciertas expectativas.

 Durante su estadía los turistas tienen una seria de experiencias producidas por las fuentes de Calprim secundarias y compartidas; al terminar su visita los turistas evalúan sus experiencias; el tipo de autenticidad mas encontrado en los centros de New Age es la autenticidad relacionada con actividades, o sea existencialista. Además el turista contribuye económicamente al centro New Age en forma remunerada o por medio de trabajo voluntario. No son las ganancias financieras el motivo principal de la mayoría de los centros New Age, sino los elementos educativos y la transferencia de idealogías alternativas. La parte monetaria se ve más bien como un vehículo para facilitar la realización de estilos de vida alternativos y en este sentido el turismo New Age se distingue de las formas más tradicionales de hacer turismo. Adicionalmente la cuestión de ser rico o pobre no influye en este tipo de turismo. Se puede encontrar gente de todos los niveles económicos, que incluye estudiantes, personas con problemas de adicción que quieren salir de esta situación o gente a quien simplemente no importa el dinero. También hay ejemplos de centros de New Age donde el turista tiene que desembolsar sumas importantes para los distintos cursos ofrecidos. Al igual a otras formas de turismo sostenible o responsable, la posición financiera de los turistas no cambia en nada la forma y la esencia de estas variables de turismo. La vida dentro de una comuna forma parte importante en los destinos New Age y forma la base para realizar estilos de vida alternativos. En varios de los centros que visité me llamó la atención que muchas actividades diarias comunes son transformadas en algo excepcional, mientras lo exótico se convierte en algo rutinario. La mayoría de los visitantes (incluyendo a los turistas) tendrá que lavar los platos o trabajar en la huerta como parte de la vida comunal. Estas actividades se complementan con la posibilidad del auto-desarrollo y sirven para construir nuevos tipos de lazos con el medio ambiente, mientras lo exótico se introduce por medio de objetos traídos del extranjero (del oriente principalmente), instrumentos musicales indígenos o vestidos de otras culturas.

 En el mismo centro New Age se puede observar elementos de Budismo, Hindú o Maya. Un ejemplo de un “caracol” con hierbas como parte de una huerta con los métodos sinérgicos. La huerta es un punto de enfoque en los centros New Age con un fuerte énfasis en las prácticas sinérgicas y de permacultura, en los vínculos con la tierra y la naturaleza y además en los hábitos saludables de comer. Un ejemplo es la creación de un espiral tipo caracol de tierra para sembrar hierbas, donde las plantas que necesitan menos agua se siembran en la parte superior, las plantas que ocupan menos luz a lado norte y así sucesivamente. Para el desarrollo de la relación humana con el paisaje se desarrolla todo tipo de proyectos; un ejemplo es excavar una pequeña laguna e impermeabilizar sus paredes con una mezcla de barro y excrementos vacunos. Parece que muchos de eso tipo de proyectos se inicia con mucho entusiasmo, pero después de un tiempo se pierde en el olvido, lo que se puede explicar con el hecho de lo que vale con este tipo de proyectos es su ejecución y no el resultado final. Al ejecutar el proyecto se estimula la sensación ecológica, mientras la experiencia de trabajar en la naturaleza usando técnicas antiguas de sobrevivencia se convierte en fuente de inspiración. Cada centro de New Age quiere demostrar en su propia manera el carácter único del centro por medio de cantos, rituales o simplemente saludándose con un abrazo fuerte. El sentimiento de pertenecer es fuerte entre la gente dentro de un centro New Age y lo que une más a la gente es el aspecto de la auto-realización y el trabajar al yo como los denominadores más importantes entre turistas u otros participantes. En una u otra forma hay un objetivo común, aunque es diferente para cada uno de ellos y el sentido de pertenencia es importante, pero nunca un objetivo finaL.

 En este sentido el turismo New Age es un medio y no un fin. La relación entre un centro New Age y su ambiente social inmediato produce una serie de observaciones interesantes. En la finca VerdEnergía Pacífica en Costa Rica se producen pequeños hornillos que queman aceite vegetal (usado) como combustible para ser usados en zonas rurales por las poblaciones marginales como una alternativa de cocinar más barata y más limpia, además reutilizando aceites que se descartan normalmente. El proyecto forma parte de un desarrollo sostenible en una zona específica. A diferencia de esta observación hay casos en que la relación entre los miembros de una comuna y la gente del campo se ve influenciada por el posmodernismo; relaciones posmodernistas suelen ser obvias dentro de las ciudades grandes, pero que en el campo donde a menudo la población local sigue viviendo en épocas modernas o más antiguas que estas, no. La religión nos sirve de ejemplo en este caso, ya que la mayoría de los habitantes de las comunidades rurales tiene una formación religiosa tradicional (católica-cristiana) y cualquier persona con una forma de pensar diferente, tal como es el caso con muchos de los participantes en centros New Age, fácilmente puede ser marcada como pagana y generar sentimientos hostiles. Muchas personas que asisten a los centros New Age tienen sus raíces en ciudades, lo cual explica esta diferencia entre centros New Age y una población rural. Sin embargo faltan investigaciones científicas para confirmar estas tendencias.

El Turismo del Bienestar Hay otro tipo de turismo que encaja perfectamente con las tendencias posmodernistas, sin embargo es muy distinto al tipo de turismo del que hemos hablado hasta el momento. Un catálogo vacacional del Instituto Alemán de Turismo sobre el turismo de bienestar empieza así: “¿Usted está buscando una experiencia personal del bienestar? Yoga en Allgäu, thalaso en el mar Báltico, caminatas en la Selva Negra o en bicicleta alrededor del lago Mecklenburg? ¿Usted quiere jugar golf, disfrutar un rico masaje de piedras calientes y saborear una comida sana y gourmet?” Aparte de estas ofertas se enfatiza el carácter revitalizador que produce la estadía en cada uno de estos hoteles como parte de la necesidad de la gente de “apartarse de todo” por un rato. El tema de la salud personal es importante y se combina con el relajo y el experimentar un ambiente natural. La mayoría de los centros de bienestar son lujosos y aparte del hospedaje, comidas y atracciones se ofrecen servicios de fisioterapeutas, dietistas, naturapeutas e instructores para asegurar que el turista “encuentre nuevamente el balance entre trabajar y vivir”. Debe quedar claro que se trata en primera instancia de la salud corporal y el uso de la técnica de yoga por ejemplo se aplica principalmente por el bienestar físico del turista o visitante.

 La mayoría de los hoteles tiene una separación clara entre los turistas (clientes) por un lado y el personal del hotel al otro y dicho personal esta capacitado para brindar a los turistas un alto nivel de confort, lo que forma uno de los ingredientes más importantes, a la par de los tratamientos de belleza, baños turcos o jacuzi y todo eso dentro de un ambiente que respira lujo y relajación. Las piscinas en un hotel especializado en el turismo de bienestar en Alemania. Dentro del alcance limitado de las vacaciones – o del hecho de ser un turista – podemos distinguir diferentes tipos de turistas, basados principalmente en sus rasgos de carácter y modo de vivir. Podemos establecer una escala del estilo de vida de los turistas (EVT) con dos extremos. A un extremo de esta escala se ubican aquellas personas que son individualistas y que por lo general viajan solos o con compañero/a. Ellos elaboran sus propios itinerarios y viajan a su propio ritmo y paso. Son de carácter pro-activo, tratan de evitar los típicos sitios turísticos (fuentes de Calprim primaria) y muestran un marcado interés por las poblaciones locales y su cultura. El trabajo voluntario, al igual que el encuentro consigo mismos y con los miembros de otras culturas, es para ellos de suma importancia. Estas personas se desafían a sí mismas en situaciones extremas – física o socialmente – poniendo especial énfasis en su propio desempeño. Este es el extremo idealista de la escala, y ya que estos turistas tratan de apartarse de las normas habituales, también podemos referirnos a dicho lado como la parte alocéntrica de la escala del estilo de vida.

El otro lado de la escala tenemos un perfil de la gente que no quiere padecer ningún tipo de contratiempo, les gusta tener todo arreglado de antemano pues el relajamiento y la despreocupación son sus objetivos principales. Su principal preocupación es de orden físico, por lo tanto sus intereses están relacionados con los baños de sol, masajes, balnearios o cirugía plástica, solamente por mencionar unos cuantos. Ellos no tienen ningún interés particular por los habitantes del lugar o su cultura. Por las características de estos turistas podríamos llamar a este extremo de la escala como la parte sicocéntrica (o egocéntrica) de la escala del estilo de vida. Para más información sobre el estilo de vida de los turistas vea: http://www.tourismtheories.org/?cat=105&lang=es El tipo de turista alocéntrico se preocupa más con lo espiritual y por lo tanto se relaciona con el turismo New Age, por otra parte a lado sicocéntrico de la escala de estilo de vida turística existe un mayor interés en el cuerpo propio y por lo tanto se relaciona con el turismo de bienestar (o puede ser también unas vacaciones en la playa). Las diferencias externas más obvias se encuentran en el ámbito social más que todo. En el turismo New Age la comuna y la convivencia en una comunidad son centrales, mientras en el turismo de bienestar los turistas se hospedan solos o con compañero/a. En el turismo New Age las comidas se comen juntos a los instructores y demás personas de la comuna y se usa el sistema de autoservicio (bufete), lo que está en contraste con los hoteles del turismo del bienestar, donde el turista tiene su propia mesa y es servido, mientras no necesita preocuparse de lavar los platos después. Hay muchas contrastes en diferentes niveles, sin embargo hay un asunto que los dos tipos de turismo tienen en común: la preocupación por el yo, lo cual un tipo lo hace a nivel espiritual y el otro físicamente. Las tendencias en el turismo en la época posmoderna No solamente las sociedades occidentales se ven afectadas por las tendencias posmodernas, sino también en otros continentes se notan sus influencias paulatinamente. A pesar que estas tendencias han llevado a un interés creciente en el turismo New Age tanto como de bienestar, los dos tipos son de épocas anteriores. El turismo del bienestar existía durante el siglo diecinueve (los famosos hoteles de spa en Alemania y Francia por ejemplo), mientras al principio del siglo veinte ya existían proyectos al estilo de New Age.

 El turismo de bienestar siempre ha contado con una cierta clientela y no solamente porque el término es muy amplio (el turismo de salud y de la estética son ejemplos), desde siempre ha existido una necesidad entre ciertas clases sociales de querer escapar de las presiones diarias. La vida en una comuna de un centro New Age nunca fue considerado como parte del turismo, ni tampoco el trabajo voluntario en estos centros. Se puede observar claramente un incremento en el número de centros New Age, lo que es el resultado de un interés creciente de un público más amplio, adicionalmente llevándolo a un nivel más alto de aceptación. Los centros New Age mismos tratan de crear una apertura y quieren ser escuchados a niveles locales tanto como internacionales por medio de los gremios y el uso del internet. Ya podemos constatar algunos ejemplos de hoteles que piden “prestado” ciertos elementos del New Age, a pesar que siempre tiene que dejar claro que en el caso de New Age lo importante es la transformación del yo interno y de la sociedad, mientras estos hoteles buscan ayudar a los turistas a sobrevivir a un mundo posmoderno.

Una manera de estudiar un fenómeno social como es el turismo es comenzar por los lados extremos. En la escala de estilo de vida de los turistas podemos observar a ambos lados una preocupación creciente del yo, la identidad personal, la auto-realización, el bienestar y la búsqueda de alternativas. Solamente el hecho de que simultáneamente a ambos extremos de la escala de estilo de vida se nota un crecimiento marcado nos demuestra, que paulatinamente los turistas empiezan a buscar su propio camino y que por influencias del posmodernismo empiezan a jugar un papel mucho más independiente que en la época moderna.

Una observación interesante de la práctica del turismo es la tendencia de los turistas de no tener un tipo fijo de vacaciones, sino de mezclar diferentes estilos dentro del mismo período vacacional: la gente quieren un par de días un turismo de bienestar, luego una aventura activa, adicionalmente alguna actividad cultural, además durante unos días tomar un curso de Reiki y al final unos 3 días en la playa para descansar. Cada vez más los turistas mezclan diferentes estilos de vida durante sus vacaciones. Se puede comparar con el comportamiento de mucha gente posmoderna viendo televisión, cuando pasan rápidamente por muchos canales diferentes, justo lo suficiente para ver el tipo de programa en cada canal, mientras no les importa que no ven un programa entero. La segunda conclusión que podemos sacar es que las organizaciones de viajes tienen que preocuparse y activamente estudiar mucho más lo que realmente quiere el turista posmoderno.

 Las agencias de viajes tienen que aceptar el turista como socio en el turismo en vez de seguir ofreciendo a un cliente la oferta turística corriente. La “camisa de fuerza” que supone el enfoque meramente económico del turismo en el que prevalece la relación proveedor-producto-cliente impide un entendimiento claro de las tendencias posmodernas en el turismo. No solamente están los puntos del cambio de comportamiento del turista y la necesidad de parte de las organizaciones de viaje de reaccionar a este cambio, pero el surgimiento del turismo New Age nos demuestra una tercera conclusión valiosa: las transformaciones del concepto de la autenticidad en el turismo durante los últimos cuarenta años. Durante la segunda parte del siglo veinte la autenticidad en el turismo fue más que todo relacionada con el objeto en sí, en el sentido que el objeto o fenómeno es completamente verdadero y real (por ejemplo el glaciar Perito Moreno en Argentina).

 Sin embargo durante los años ochenta se empezó a notar un cambio hacia una autenticidad simbólica, lo que quiere decir que la veracidad del objeto o fenómeno ya no es importante, como sí lo es la veracidad de la experiencia obtenida por el turista (por ejemplo Disney World). Durante el principio del siglo presente el turismo New Age entre otros nos demuestra la importancia de una tercera forma de autenticidad relacionada a actividades, o sea con un elemento de existencialismo: lo importante son las emociones internas de los turistas como resultado de una actividad, y los objetos o fenómenos mismos ya no llevan ninguna relevancia: al ir de pesca uno puede relajar su propio Ser, así convirtiendo la experiencia en algo auténtico para el interior de la persona. Esta forma de autenticidad está recibiendo mucho más interés ahora y subraya una vez más el papel más independiente que juega el turista y la importancia de lo que él siente y desea sentir. Debe quedar claro que las tendencias aquí mencionadas favorecen tanto al turismo sostenible, como al desarrollo sostenible en general, aunque el participante más importante – el turista – ha sido dejado fuera del debate internacional hasta el momento. Es difícil visualizar un desarrollo turístico sostenible sin turistas sostenibles y las tendencias en el turismo como las descritas en este artículo apuntan claramente a un nivel de involucramento más alto de parte de los turistas. El turismo New Age debería ser reconocido y a pesar que representa un segmento muy pequeño del mercado turístico y seguirá como tal por su forma de operar, el crecimiento del mismo nos da una indicación clara del tipo de desarrollo que tendrá el turismo en los años venideros

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